sábado, 11 de enero de 2014

PENDULOS ORGONITES

PENDULOS ORGONITES


El péndulo se emplea hoy en día para la eleccion de terrenos fértiles, de los mejores abonos, en la búsqueda de minerales, fósiles, oro , testar calidad de los alimentos y, para encontrar objetos y personas perdidas.
Igualmente, usted puede usarlo para tomar decisiones y averiguar aspectos de la vida cotidiana.


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APRENDE USAR EL PENDULO

Aprender a usar el péndulo es como aprender cualquier otra técnica que valga la pena. Requiere tiempo, esfuerzo y dedicación. Dadas estas condiciones, su éxito está asegurado.
El péndulo es un medio de comunicación entre las mentes consciente e inconsciente. Para que pueda tener lugar la comunicación entre estos dos «extraños», ha de establecerse un lenguaje común, un lenguaje que sea comprendido por ambos.
La mente subconsciente no puede originar nada. Sólo puede actuar en base a sugerencias transmitidas por una fuente exterior; en este caso, por la mente consciente del que maneja el péndulo. Este debe informar a su propio subconsciente cuáles serán los sím­bolos o movimientos que indicarán una respuesta positiva, negati­va o probable. El subconsciente debe comprender perfectamente su papel para que pueda tener lugar la comunicación apropiada. Este procedimiento recibe el nombre de programación del subconsciente.




Tome una hoja grande de papel en blanco y dibuje los siguien­tes símbolos: una flecha vertical, una flecha horizontal, un círculo en el sentido de las agujas del reloj, y un círculo en sentido con­trario a las agujas del reloj, como se muestra en la figura 5.
1. Suspenda el péndulo sobre la flecha vertical. Comience con una longitud de cuerda de tres pulgadas. (Nota: no hay una longi­tud de cuerda estándar. A medida que gane experiencia, se hará una idea más precisa de la que se requiere.) Al sostener el péndu­lo, éste estará quieto o se moverá erráticamente por encima de la flecha.
2. A continuación, mire el péndulo y con el poder de su mente consiga que se mueva en la línea recta hacia arriba y hacia abajo, en la misma dirección de la flecha. NO LO MUEVA CON LOS DEDOS NI LA MANO, EMPLEE UNICAMENTE EL PODER DE SU MENTE Y SU VOLUNTAD.
Nueve veces de cada diez, el péndulo obedecerá. Aunque sor­prendente para muchas personas que no entienden los fenómenos mentales, es algo perfectamente natural. La mente tiene, efectivamente, el poder de influir en la materia, y éste es uno de los métodos más sencillos para probarlo.


Si le resulta difícil hacer que el péndulo obedezca a su mente, es que está usted cansado la razón normal o que no tiene el necesario voltaje o energía mental para hacer que se mueva. Este último motivo es muy raro, ya que hasta los niños pueden hacerlo. Si después de descansar sigue resultándole imposible mover el péndulo, debe empezar a almacenar la energía mental nece­saria mediante este ejercicio, que ha de practicar a diario. Si persevera, con el tiempo logrará hacer que se mueva el péndulo. La mente puede reforzarse por la gimnasia mental de modo muy pa­recido al robustecimiento del cuerpo mediante ejercicios físicos.
3. A continuación, suspenda el péndulo por encima de la flecha horizontal. Mírelo y ordénele con la fuerza de su mente que se mueva en la dirección de la flecha: horizontalmente
4. Esta vez repita el procedimiento manteniendo el péndulo por encima del círculo trazado en el sentido de las agujas del re­loj, y ordenándole con la fuerza de su mente que se mueva en una' dirección circular que corresponda a la del círculo.
5. Haga lo mismo con el círculo en sentido contrario a las agujas del reloj.
Antes de practicar el siguiente paso, cerciórese de que domina la facultad de hacer que el péndulo se mueva en cualquier direc­ción que usted desee.
6. Una vez comprobado lo anterior, haga que se mueva en dirección de las agujas del reloj mientras lo mantiene por encima del círculo correspondiente. Haga que gire trazando un círculo ininterrumpido. Al girar, diríjase a su subconsciente, háblele en voz alta. Llame a su subconsciente por su nombre y diga: «Cuando yo haga una pregunta cuya respuesta sea sí, harás que el péndulo se mueva en el sentido de las agujas del reloj, en la misma direc­ción que tiene ahora.» O diga: «Este movimiento significa sí.» Hable con autoridad. Recuerde que está dando órdenes a su men­te subconsciente, y que ésta debe obedecerle.
7. Luego mantenga el péndulo sobre el círculo trazado en sen­tido contrario a las agujas del reloj y con el poder de su mente haga que se mueva en la misma dirección del círculo. A medida que gire, diga a su subconsciente: «Cuando yo haga una pregunta cuya respuesta sea no, harás que el péndulo se mueva en la misma dirección que tiene ahora.» O diga: «Este movimiento significa no.»
8. Repita este procedimiento una vez al día durante una se­mana. Así, las sugerencias dadas «prenderán» en su subconsciente.
Una vez que el subconsciente esté programado, estará usted listo para empezar a usar el péndulo. Antes de hacerlo, he aquí algunos puntos importantes que recordar.



La idea de que podemos tener acceso a información sin tener que utilizar el proceso de pensamiento consciente nos resulta ex­traña debido a la naturaleza mentalista de nuestro sistema edu­cativo. Sin embargo, muchos inventores estarían dispuestos a testificar el hecho de que las piezas de información cruciales que hicieron posibles sus invenciones les llegaron cuando habían re­tirado su atención del empeño que tenían entre manos y estaban haciendo otra cosa, como la de consentirse una relajante siesta. La mera idea de aplicar esta técnica para obtener información resulta amenazadora para nuestro ego porque revela que, en con­tra de sus suposiciones, la mente consciente no es el principio y el final de todo. Es simplemente una herramienta y, por tanto, tiene sus limitaciones.
A través del Proceso de la Presencia, se nos anima a que for­mulemos muchas preguntas acerca de nuestra experiencia vital. Y, con el fin de no reducir la fuerza y el potencial de este aspecto de nuestro viaje, se nos pide desde el mismo principio que no nos aproximemos a estas preguntas de un modo en que nos pon­gamos límites. Si aplicamos de manera automática las extrava­gancias limitadoras del ego, nos vamos a privar de muchas y profundas ideas. También les cerraremos la puerta a las maravi­llosas experiencias de la intuición y la inspiración. De ahí que se nos anime a abordar cada pregunta que se nos haga durante el Proceso de la Presencia de este modo:
A lo largo de todo este viaje, el hallazgo de respuestas
ante las preguntas que se nos formulen no es tan
importante como formular las preguntas sinceramente,
con una mentalidad abierta.
No tenemos que preocuparnos lo más mínimo si no recibimos de inmediato la respuesta a una pregunta que nos hayamos hecho. Nuestro trabajo estará hecho una vez hayamos formulado la pregunta con sinceridad. Si la respuesta no se hace evidente de inmediato, podemos optar por mantener la mente abierta sobre el tema, para dar la posibilidad de que se nos ofrezca la respues­ta cuando menos lo esperamos.
No tiene sentido pensar con intensidad sobre las respuestas a las preguntas que se formulan, para luego quedarse frustrados por no haber podido acceder a ellas conscientemente. Este enfo­que nos va a llevar a reaccionar ante nuestra frustración echán­dole el cierre a la búsqueda con un juicio limitador sobre no­sotros mismos. Durante el Proceso de la Presencia, nadie va a evaluar nuestras respuestas, simplemente porque no hay respuestas correctas o incorrectas. Nuestras respuestas no pueden ni van a ser tasadas por comparación, porque nuestro viaje se va a adap­tar de tal modo que encaje con nuestras necesidades individua­les. Ni siquiera va a haber respuestas a las cuales se supone que tenemos que llegar. Lo único que tenemos que hacer es hacer las preguntas y mantener la mente abierta para, así, permitir que se nos den las respuestas. Al no cerrar automáticamente nuestra bús­queda de respuestas con un juicio limitador sobre nosotros mis­mos, impediremos que nuestros procesos de pensamiento que­den silenciados por las inseguridades del ego.
Las leyes del universo dicen que cada causa genera un efecto. Esto se puede traducir también como «Buscad y encontraréis», «Pedid y se os dará» y «Llamad y se os abrirá». En otras pala­bras, cuando hacemos una pregunta y no damos fin al proceso de intentar encontrar una respuesta, esa respuesta tiene que ser en­tregada inevitablemente en nuestra conciencia de una manera u otra. La pregunta es la causa, y la respuesta es el efecto. Una ga­rantiza la otra. Éste es el enfoque que se nos pide que adoptemos con todas las preguntas que se nos planteen durante el Proceso de la Presencia. Cada vez que nos hagamos una pregunta, tenemos que ser pacientes y dejar que se nos dé la respuesta del modo que resulte más ventajoso para nuestro viaje a través del proceso.
El problema que tenemos es que nosotros, tal como nos conocemos en este momento, no lo sabemos todo. De hecho, tal como nos conocemos en este momento, sabemos muy poco. Sin embargo, hay un aspecto de nuestro ser que sí lo sabe todo, aun­que puede que nosotros aún no seamos conscientes de él. Lo sabe todo sin tener que «pensar» en ello. Lo sabe. Es nuestra presencia interior. Ella ha sido la testigo silenciosa de cada expe­ riencia que hayamas tenido, y lo recuerda todo de cada instante de esas experiencias, como si estuviera ocurriendo justo en este momento. Para ella, todas las experiencias que hemos tenido es­tán sucediendo justo ahora, porque la conciencia del instante presente no conoce el tiempo. Se podría decir que la diferencia entre el ego y nuestra presencia interior eterna es que el ego tiene que pensar para poder comprender, mientras que la presencia interior sabe. Nuestra presencia interior sabe porque es el testigo permanente de todas las experiencias de nuestra vida; mientras que el ego se enfoca en el mundo exterior, y está determinado por el mundo exterior y por lo que los demás están haciendo en él.
Cuando abordamos una pregunta con la idea preconcebida de que sólo podemos acceder a la respuesta a través del pensa­miento, hacemos del ego un cómplice, al tiempo que nos limita­mos a la mente pensante como único mecanismo posible para lograr el empeño. Y de este modo hacemos callar a nuestra con­ciencia del instante presente. Este proceso de callamiento tiene lugar de forma automática, porque nuestra presencia interior se atiene a la ley de no interferencia. Permanece serena y silenciosa si insistimos en obtener la información, únicamente, a través del proceso de pensamiento y de entendimiento. Pero, en cuanto estamos preparados para aceptar la idea, y actuar en función de ella, de que lo que hemos «hecho» de nosotros mismos (el ego) no es de fiar, y que la mente es una herramienta que tiene sus limitaciones, invitamos automáticamente a la omnisciente con­ciencia del instante presente a que nos dé la respuesta. De este modo, nos abrimos automáticamente a la posibilidad de acceder, sin ningún esfuerzo, al conocimiento interior. En este mundo, la mente será siempre el medio a través del cual se nos transmitirá el conocimiento, pero no necesariamente es el único medio para acceder al conocimiento.
Si formulamos todas nuestras preguntas acerca de la vida desde este punto de conciencia, activamos la energía de la intui­ción, de la inspiración y de la revelación en nuestra experiencia cotidiana. Y esto nos abre la puerta al espacio del conoci­miento sin tener que saber por qué. Es esencial que nos permita­ entrar en la experiencia del conocimiento sin saber por qué, porque durante el Proceso de la Presencia vamos a poder acceder a experiencias que tuvimos antes de desarrollar el lenguaje. Es­tas experiencias tuvieron lugar antes de que pudiéramos añadir­les conceptos mentales, y muchas de ellas son simplemente sen­timíentos, vibraciones o sensaciones. Son «conocimientos». Son energías en movimiento. Son las experiencias emocionales que tuvieron lugar antes de que tuviéramos al alcance el lenguaje mental. Son las experiencias vibratorias que tuvimos en el vien­tre de nuestra madre y poco después de llegar a este mundo. Si insistimos siempre en tener que saber por qué para aceptar que lo que sabemos es cierto y real para nosotros, no dejaremos que nuestra conciencia entre en estos recuerdos vibratorios precoces, y los active así, con el fin de neutralizar su impacto negativo en nuestra experiencia vital actual.


Las preguntas que formulamos a lo largo de nuestra expe­riencia vital son sumamente importantes. Gracias a la ley de cau­sa y efecto, si mantenemos una mente abierta, las respuestas a nuestras preguntas se manifestarán siempre, de una manera u otra. Si tenemos en cuenta esto, quizás podamos aceptar la posibilidad de que nuestra experiencia vital en un momento dado es una respuesta que se va revelando ante las preguntas que hemos estado formulando. El motivo por el cual esto no nos resulte evidente aún es porque la mayoría de las preguntas que hemos estado haciendo se han formulado de forma inconsciente. El Proceso de la Presencia nos ayuda a rectificar este problema, al enseñarnos el modo de eliminar este comportamiento incons­ciente y al llevarnos a formular conscientemente las preguntas que nos sean de utilidad. Comprendiendo y aceptando que todas las preguntas que nos formulamos van a ser respondidas inevita­blemente, podemos poner toda nuestra atención en el proceso de formulación de preguntas útiles y retirar nuestra atención del proceso de intentar «pensar» las respuestas.
Pero a todos nos ha ocurrido alguna vez que, al no cerrar conscientemente nuestra búsqueda mental de algo, la respuesta se nos ha dado en el momento menos esperado. Esto suele ocurrir cuando estamos intentando encontrar una respuesta que tene­mos «en la punta de la lengua». Debido a que la respuesta parece estar un poco más allá del alcance de la mano, optamos por no dar por concluida la búsqueda mental, y nos decimos algo así como:
«Lo sé, eso lo sé»,
«Ya me vendrá»,
«Lo tengo en la punta de la lengua»
Y la consecuencia es que viene. Más tarde, cuando nuestra aten­ción está absorta en otra cosa, la respuesta aflora misteriosamen­te, como si siempre hubiera estado ahí. Este tipo de experiencias nos demuestra que toda la información que buscamos acerca de nuestra experiencia vital está a nuestra disposición, siempre y cuando apliquemos el método de acceso correcto. Este método no supone necesariamente pensar. Supone estar abierto para re­cibir la respuesta desde ese aspecto de nuestro ser que lo sabe todo.


Estar centrados, tener una buena línea de energía central o línea hara, es estar conectados con nuestra Presencia y por tanto tener acceso a todos los registros Akásicos, sin importar el tiempo ni el espacio. Esta idea de estar centrados o conectados se usa mucho en yoga, tai-chi, artes marciales, etc.
Establece contacto con la presencia Yo Soy la unica presencia en acción y busca tu alineamiento, busca tu equilibrio derecha e izquierda, arriba y abajo y estabiliza tu vibración. Ahora estás listo para utilizar el péndulo. 
1. El péndulo responderá a cualquier pregunta que requiera un sí o no por respuesta, pero usted deberá cerciorarse de que las preguntas se plantean de ese modo. Es inútil hacerle preguntas que no puedan contestarse con una señal afirmativa o negativa. El sistema nervioso no tiene ningún idioma con el cual responder a través del péndulo.
2. Su mente y sus emociones han de estar en un estado neu­tral. Si desea obtener una interpretación exacta, no puede tener una opinión ya establecida ni sentir una emoción de­terminada por una respuesta. Sus emociones y deseos in­fluirán en la oscilación del péndulo. Para lograr los mejores resultados, adopte la actitud de una persona que lee un gasómetro o un voltímetro. Esté usted alerta, pero no tome una actitud subjetiva. Quiere una respuesta verdadera, aunque vaya contra sus deseos. Alcanzar tal estado es acaso lo más difícil del dominio del péndulo, pero, una vez conseguido, será un instrumento inapreciable durante toda la vida. Usted habrá adquirido un sexto sentido. Su conciencia y percepción se habrán expandido; es una experiencia indescriptible. Hasta que logre tal estado de neutralidad en sus preguntas, si quiere hacer averiguaciones sobre asuntos que le afecten personalmente, lo más acertado será encargar la lectura del péndulo a algún amigo suyo u otra persona que sepa manejarlo, pero no tenga ningún interés subjetivo y personal en la respuesta. Esta persona podrá mantenerse en un estado neutral y objetivo más fácilmente, lo cual es requisito indispensable para obtener resultados exactos.
3. Cerciórese de que está tranquilo y sereno al utilizar el pén­dulo. Si está trastornado por algún motivo, deprimido o eufórico o en cualquier estado de alteración emocional, ello provocará interferencias en su lectura. El motivo es que las emociones fuertes suelen afectar el sistema nervioso. El péndulo funciona en base a unos principios bioeléctri­cos. Las emociones fuertes añaden una resistencia al flujo de corriente nerviosa necesaria para hacer que se mueva. El instrumento se moverá erráticamente, vacilará, saltará y temblará como aquejado del baile de San Vito, pero dis­torsionará sus lecturas.
4. Puesto que el péndulo funciona según principios eléctricos, es muy importante que no corte usted el circuito al manejarlo. NO CRUCE LAS MANOS NI LAS PIERNAS NI DEJE QUE SE TOQUEN MIENTRAS MANEJA EL PENDULO. Sién­tese con los pies separados y firmemente plantados en el suelo. Si es usted diestro, sosténgalo con la mano derecha; si es zurdo, hágalo con la izquierda. Mantenga la otra ma­no a un costado.
5. Sepa lo que pregunta, es decir, dése perfecta cuenta de los significados de las palabras que usa al hacer una pre­gunta. Si no sabe con exactitud lo que está preguntando, el péndulo no podrá dar una respuesta adecuada o correc­ta. Muchos principiantes cometen el error de hacer pre­guntas como: « ¿Será Julieta feliz con Manolo?» o« ¿Ten­dré éxito en la vida?» El problema en este caso es que la mayoría de nosotros no sabemos qué queremos decir al hablar de «éxito» o «felicidad». Son términos demasia­do abstractos. Que sus preguntas sean lo más específicas y concretas posible. Si por éxito quiere decir lograr que un negocio le produzca cierta cantidad de dinero, eso es lo que debiera preguntar. La ambigüedad o confu­sión que la mayoría de nosotros mostramos en cuestión de palabras, es un serio obstáculo para manejar el péndulo con exactitud.
6. Después que su subconsciente esté programado con los mo­vimientos adecuados para indicar la respuesta afirmativa y negativa, y obedezca sus sugerencias, podrá incorporar otros elementos más complejos. Empleando el mismo pro­cedimiento mencionado, podrá programar un giro o rota­ción del péndulo en el sentido de las agujas del reloj que signifique POSITIVO, y un giro opuesto, contrario a las agu­jas del reloj, que signifique NEGATIVO; un giro en el sen­tido de las agujas del reloj que signifique ARMONIOSO y un giro opuesto que signifique NO ARMONIOSO. Estas nue­vas palabras tendrán importancia en los usos más avanza­dos del péndulo.
7. Después de establecer su sistema de señales y terminar el proceso de programación del subconsciente, nunca tendrá que repetirlo. Le bastará con sentarse e interpretar el fun­cionamiento del péndulo.
8. Como dijimos antes, el péndulo funciona según unos prin­cipios eléctricos y lee las radiaciones. Por lo tanto, al usar­lo cerciórese de que no está en un entorno con demasiados aparatos eléctricos, en especial los de alto voltaje, como, por ejemplo, máquinas de rayos X, televisores en color, maquinaria de alto voltaje. Estos aparatos emiten fuertes radiaciones que suelen distorsionar las lecturas y hacen que el péndulo oscile erráticamente, sobre todo cuando lo ma­neja una persona poco experimentada.
Recapitulemos los puntos principales de la introducción al uso práctico del péndulo.
- Siéntese con los pies plantados firmemente en el suelo, sin que sus manos se toquen y sin que tampoco se toquen sus piernas.
- Esté en un lugar tranquilo, con pocos aparatos eléctricos alrededor.
- Tome una hoja de papel en blanco y dibuje una flecha vertical, una flecha horizontal, un círculo en el sentido de las agujas del reloj y un círculo en el sentido contrario a las agujas del reloj.
- Sostenga el péndulo por encima de cada uno de los símbolos, mírelo y solamente con el poder de su mente haga que se mueva en la misma dirección del símbolo.
- Mientras el péndulo gira en el sentido de las agujas del reloj, diga a su subconsciente, en voz alta: «Esto significa sí.» Mientras gira en el sentido contrario, diga a su subconsciente: «Esto significa no.»
- Repita el ejercicio todos los días durante una semana, para asegurar que su subconsciente ha aceptado y asimilado las sugerencias.
- Entonces estará usted listo para hacer preguntas y descubrir todo un nuevo campo de comunicación con su mente sub­consciente.
- Cerciórese de que todas las preguntas pueden responderse con un sí o un no.
Hasta ahora hemos mencionado los dos movimientos básicos del péndulo, en el sentido de las agujas del reloj para indicar «Sí», y en el sentido contrario para indicar «No». En las etapas más avanzadas, las oscilaciones del Sí/No no son suficientes. El usua­rio querrá saber el tipo rotación positiva o negativa; en concreto, el significado del radio de la oscilación, la intensidad y la dura­ción de la misma.
Por ejemplo, si preguntamos: «¿El señor y la señora Rodríguez siguen llevándose bien en la actualidad como marido y mu­jer?» Si el péndulo gira en sentido positivo, pero con un radiopequeño, digamos de una pulgada, y la intensidad o velocidadde las vueltas es muy lenta, esto indica compatibilidad, pero sóloen un grado reducido. Lo idílico, vital y encantador de la relaciónprobablemente se ha desvanecido, y hay que renovarlo o reforzarlo.Supongamos ahora que las cosas han cambiado entre nuestraparejaimaginaria. El señor y la señora Rodríguez han estado chi­llándose y peleando como gallinas en el gallinero. Al comprobarsu compatibilidad, el péndulo no sólo gira en sentido negativo,sino que da vueltas incontroladas, con un radio de seis o site pul­gadas y una velocidad suficiente para salir lanzado de las manos
del usuario: esto indica que probablemente el divorcio está al caer.A lo largo de nuestros años de práctica, hemos descubiertootros movimientos complejos. Cada tanto tiempo, el péndulo girará en ambas direcciones; es decir, empezará, por ejemplo, a giraren el sentido de las agujas del reloj, para pararse luego y empezar a girar en sentido contrario. Según la pregunta, puede indicar mu­chas cosas. Supongamos que en la relación entre el señor y la señora Rodríguez alternan los períodos de armonía y de crisis. En cuestión de inversiones financieras, puede indicar ganancias considerables, pero con obstáculos imprevistos.
Por último, la falta de oscilación del péndulo después de hacer una pregunta significa que ésta estaba mal planteada, que era ab­surda o que no debe hacerse. Si está mal planteada, siga formu­lando la pregunta hasta que el péndulo responda. «¿Cuántos ca­mellos pueden pasar por el ojo de la aguja?» o «¿Hay que empezar a comer los helados por el lado izquierdo?» son preguntas absur­das que no deben hacerse. Dedique su tiempo a formular otras más productivas y el péndulo funcionará.
Evite, asimismo, las que no deban hacerse, pues ciertas res­puestas no pueden ser conocidas hasta el momento adecuado. Por ejemplo, cuándo y cómo morirá una persona, cuestión que acaso no le importe a usted y que puede dañar a la otra persona si su lectura es exacta, por telepatía subconsciente.


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Medida:33mm,



Medida: 45mm


Medida: 38mm


Medida: 44mm


Medida: 43mm


Medida: 45mm